EL 13, en silencio empieza a susurrar melodías al ayer, las agujas del medidor del tiempo anuncian que, es hora de gritar al nacimiento del año 2014.
La tierra sincronizada al invento del hombre se apresta a dar comienzo a su cometido. Hacemos caso omiso de su incansable giro, puesta a prueba de saberes científicos, sujeta a sistemas de medición, a la inspiración de poemas inéditos al rozar el fruto deseado, o al asombro de la destrucción irreversible.
Qué más nos queda que maravillarnos de la gracia de la estrella más cercana que escolta a los vivientes, y bajo sombra atemporal, nos permite la perspectiva del después.