En andar lerdo pasea sus ensueños y en momentáneo escape sin  medir el desconocido tiempo  se deja llevar a otro espacio. Entiende que ella forma parte del verso que entona la cantata.

Su relieve cuenta el trecho paseado, en ambiente natural la realidad de la naturaleza.
El imaginario del cada quién fantasea su ocaso.

Caerá pero seguirá siendo.

Hoy no estás, pero fuiste y seguirás siendo.

De mi ventana la iluminación se pierde en la finitud

Un sendero definido, y sin embargo nada es definitivo

El tiempo te hará público en el espacio.

En el deambular la mirada complaciente del ambulante palabrea sin palabras al espacio que lo limita.

En la fascinación del momento perdura la pregunta, y sin respuesta,  el monumento imperecedero atesora admiración.

La naturaleza es demasiado natural para ser comprendida, el hombre ilusionado la invade de  comprensiones.

Cada día el eslabón previsible, en puntual partida la huella en el firmamento, y en el tiempo, el legado que la llegada, es un misterio.

Tú, el que se va, yo, el que aguarda. Y aguardando, la soledad se detuvo en mi refugio.