Los seres vivientes se adaptan al medio ambiente para su supervivencia.
Filamentos invisibles alimentados de partículas orgánicas e inorgánicas profundizan en la tierra constituyendo el germen vívido del mantenimiento de la vida. Sin renunciar a su morada brotan silenciosas en la superficie del suelo anunciando la memoria de su ayer perdido, en voz secreta el errante escucha su pasado. Y en el suspenso del imaginario real, es un cuento leído, finalizado, empero, en discurso inacabado bebe en reposo del manantial fortuito.
Los seres humanos escultan el silencioso mensaje de la naturaleza.