En el espléndido firmamento un ave con cuatrocientas y más plumas drena la linfa del cambio. Surca el espacio del éxito, revisa el objetivo y contemplando imágenes del ayer, aúna esfuerzos en pro del nido migratorio.
Las aves, también emigran en verano.
La memoria humana olvida que su espacio es limitado, olvida que con el tiempo la naturaleza recobra su presencia, olvida que en casual acuerdo su germen llegó a ser ente racional. Olvida que, existentes seres inmersos en la naturaleza son causa de las subsiguientes especies que poblarán el universo.
Fue la partida de un ciclo, sólo la devastación temporal, fue la respuesta a la oscuridad humana, pero en los escombros, renace la luz.
¿Se hablará del pasado de un árbol devastado o el silencio guardará el grito de la deuda humana?
El resto DSC0317
Sólo él pudo sentir la exfoliación de su corteza, el total despojo de sus ramas y que, convertido en madero expirará en la chimenea. Sólo él podía sentir la privacidad de sus funciones vitales, y sólo la tierra lloraría con él la pérdida de la energía almacenada en su seno. Un árbol muerto por vejez o derumbado por la inclemencia de las tempestades es diferente a los desaparecidos por la torpe conveniencia de los pensantes. Un árbol arrancado de raíz reacciona como el agónico suspiro humano.
Y los brazos que lo derribaron ¿acaso comprendieron el gemido del que formó parte de su subsistencia?
Es una realidad material que el entorno a diario evolucione, sin lugar a dudas, es un hecho natural, lo que mengua el orden del sino es la manera y / o la causa de la expiración.
Los árboles como parte integrante del universo están sujetos a todo género de inclemencias. Como seres vivos sienten las tempestades, sequías, incendios….Como los humanos, perciben alteraciones orgánicas funcionales, e igualmente, son víctimas de querellas, objeto de litigios. Los trabajadores obedecieron al mandato acordado.
La devastación rompe la armonía con otros seres vivientes, la interacción de los fenómenos naturales – el sol, la luna, el viento…abolido el embeleso bajo la fronda.
