El campo de trigo que has cultivado, es el fruto de tu labor, más no será tu vianda.
Son muchos brazos en la siembra y tantos más en la recolta. El cerebro exhausto se burla de la mies ganada y en furia santa se precipita a la marcha. Los brazos labradores divulgan el atropello y en el camino de todos, a voces subversivas confirman la ofensiva.
El estafador persiste en su oprobiosa acción, y en el engaño, conspira la justicia.